Seguidores

miércoles, 30 de marzo de 2011

cuento para reflexionar


Estaba yo, en un pequeño parque en el centro de una superpoblada ciudada absorta en miis pensamientos y poblemas cuándo fijé mi vista al frente y ví una niña de no más de cinco años que estaba sola, y parecía querer hablar más se la notaba temerosa a la reacción de las personas.
La joven se veía delgada, parecía muerta de hambre y vestía unas ropas completamente desgastadas. Sus pequeños ojos eran como puertas abiertas a su corazón, en los que se hacía notar la tristeza de la niña.
Casi como si para mí fuera una necesidad, me levanté y me acerqué a ella, que al verme hacerlo, pareció mostrar sorpresa y algo de miedo a mí.
Le pregunté su nombre, entre algunos datos más, y para finalizar le sonrreí cálidamente mientras le cuestionaba por qué estaba allí.
Ella solamente me contestó con un ''tenemos hambre'' y me sorprendí por ese plural. Fue solamente entonces cuándo ví asomarse tras un matorral una pequeña figura de una niña de unos tres añitos.
Yo ya sabía, porque la mayor me lo había dicho antes, que eran huérfanas y hacía ya bastante tiempo que vagaban solas de un lugar a otro, sin que casi nadie les prestase la más mínima antención.
Me pareció asombroso que una pequeña niña de cinco años mostrase tal devoción hacia su pequeña hermana... Pues estaba dispuesta a ayudarla y protejerla ante todas las adversidades.
Y entonces lo ví, ví ese brillo lleno de valentía y seguridad en sus ojos, y me hice prometer a mi misma, que ayudaría en lo posible a esas niñitas pequeñas... Y así lo hice.
Pasó el tiempo pero yo na volví a saber de esas niñitas más. Seguramente se habrían convertido en buenas jóvenes y tendrían la vida marabillosa de la que antes no disfrutaran...
Al cabo de dos años más me fue diagnosticada una enfermedad que requería una gran suma de dinero para ser sanada. Yo no poseía la dicha cantidad y predecí mi muerte inminente...
Y en medio de mis reflexiones, me llamaron a quirófano. Me sonrprendí y dije que no podía ir, que no había pagado, pero me contestaron que ''alguien'' lo hizo por mí.
Cuándo volví a despertarme ví salir a una enfermera, y al rato, pasó al dormitorio una doctora sonrriente. Me resultó familiar más no supe decir de qué...
Y fué entonces cuándo la joven doctora se acercó a mi y me acarició delicadamente la mejilla diciendo:
-Hace mucho que no nos vemos, señorita. Quería decirle que no tiene nada que pagar, que como le han dicho, ya lo hice yo en su lugar...
-Gracias doctora, pero disculpe , la conozco?
- Tal vez no se acuerde de mí, pero sí me conoce, aunque sólo nos vimos una vez, en un parque de la ciudad, en el lugar en el que usted me hizo un gran favor, más grande que este... Cuándo yo tenía solo cinco años...
''La vida está llena de casualidades aunque a veces andas tan rápido que no te das cuenta de lo que verdaderamente importante sucede en tu vida.''

No hay comentarios:

Publicar un comentario